Lo de la coexistencia de Estado de Derecho e imperialismo es una aberración que busca negar que el fascismo es la política del imperialismo y sus monopolios
 

Ya sabíamos de antemano, conforme a las enseñanzas sintetizadas como experiencia y leyes históricas del materialismo histórico y del quehacer práctico cotidiano, que los grupos de clases y estamentos explotadores y opresores, vividores parasitariamente a costa del pueblo por medio del sistema estatal y de gobierno imperante, recurrirían a la fuerza para buscar preservar los privilegios infames de que gozan y en los que basan su supuesta importancia y prestancia político-social, a pesar de su naturaleza intrínseca e invariablemente absurda de parásitos y focos permanentes de oscurantismo supersticioso que retrancan la ciencia y la cultura, y por lo tanto la libertad y el progreso económico-social, que los que tanto hablan, sin ocultar su condición de sirvientes genuflexos y abyectos de los consorcios extranjeros, del imperialismo de EE.UU. y la Unión Europea, así como se someten a la naturaleza estafadora y oscurantista de la Iglesia Católica y del cristianismo, sólo usan las palabras derechos, libertad y democracia como trapos de traseros, para así encubrir sus desvergüenzas.

Al capitalismo en los siglos XVIII y XIX, cuando predominaba la libre competencia entre productores independientes, le correspondió la democracia política, pero al finalizar el siglo XIX y empezar el XX, con la entrada del capitalismo a su etapa imperialista, con el predominio de los monopolios que toman en sus manos el control y la dirección absolutos del Estado, la democracia política es sustituida por el fascismo bajo el capitalismo monopolista.

Inevitablemente se crea el recrudecimiento de la represión y los crímenes de Estado, como irradia por el mundo el imperialismo de Estados Unidos y de la Unión Europea, lo que es un traje a la medida a la salvaje naturaleza esclavizante, vividora, parasitaria y anti-humana de las supersticiones del cristianismo y su Iglesia Católica-Vaticanista, de la que no pueden escapar las sectas evangélicas y protestantes.

Pero es una ley misma del materialismo histórico que, reiteramos, es la síntesis tanto de todas las experiencias adquiridas para confirmar el acervo de enseñanzas y conocimientos por la humanidad, elaborada dicha síntesis por el marxismo-leninismo-pensamiento mao tse tung, la que augura que de aquellos aprestos dictatoriales no se desprende otra cosa que la garantía de que, cuando los enemigos y verdugos internos del pueblo y los países subyugados, como lo es la República Dominicana, se aprestan a la dictadura para garantizar la permanencia de los procedimientos de explotación y opresión, la resistencia de los explotados y oprimidos, que son los que constituyen el pueblo, es inevitable, es algo seguro, como que el sol es la fuente permanente y única de la vida aquí en la Tierra.

Y Mao Tse Tung afirma así:

“Donde hay opresión hay lucha, donde hay represión y explotación hay resistencia.

“El marxismo consta de millares de verdades, pero a fin de cuentas, todas se resumen en una sola frase: ‘La rebelión se justifica’. Durante milenios se había dicho que la opresión y la explotación tenían razón y que la rebelión no se justificaba. Con el surgimiento del marxismo se invirtió este viejo criterio. Ello constituye una gran contribución. El proletariado adquirió esta verdad a través de la lucha, y Marx sacó la conclusión. Conforme a esta verdad, se opone resistencia, se lucha, se brega contra la opresión, contra la explotación y finalmente por el socialismo”. (Discurso en el mitin de celebración del 60º aniversario del nacimiento del Mariscal José Visarianovich Stalin, Generalísimo y gloria internacional del proletariado y del socialismo, realizado por todos los círculos de Yenán el 21 de diciembre de 1939, en medio de la agresión imperialista japonesa y la resistencia del pueblo chino encabezado por el proletariado, el Partido Comunista y Mao Tse Tung).

Momentáneamente, los reaccionarios y verdugos del pueblo empezarán siguiendo con sus falsas creencias de que son invulnerables y que nada ni nadie podrá impedirles efectuar sus planes, que no son otros que el reforzamiento descomunal y por tiempo indefinido de los peores mecanismos e instrumentos de la explotación y miseria y pobreza de la gente. Pero eso sólo y únicamente puede tener un carácter transitorio, y visto en un plazo de semanas o meses, de un año, dos o tres, no importa, será fugaz y pasajero, sólo será suficiente que la población, ante la represión desatada por sus verdugos, se una y luche en todos los terrenos y bajo todas las formas.

 

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