El récord de Leonel Fernández en hablar mentiras

¿Ha sido casual o estaba previsto por su naturaleza interna que el Pálido terminara siendo lo que es?

¿Acaso el Pálido alguna vez contradijo su naturaleza fascistoide y recalcitrante?

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Con dedicatoria especial a Milton Ray Guevara

Leonel Fernández, en su discurso de 23 aniversario del Pálido en el Club Mauricio Báez, pretendió ensalzar la trayectoria recorrida durante el tiempo por esa organización política con un punto de vista propio del lumpen trepador y adorador de la espontaneidad de las cosas, que le rinde culto casi religioso a lo casual, fortuito y circunstancial, igual a como un tahúr, como lumpen, lo hace con las apuestas y viéndosele compulsivamente jugar en forma desesperada y angustiosa. Y buscando justificar lo que ha demostrado ser el Pálido, dijo en el párrafo No. 12: "El PLD ha tenido que ir creciendo y evolucionando (cometiendo todo tipo de fechorías y tropelías, N. de R.) conforme al ritmo de los acontecimientos históricos universales" (Leonel Fernández, discurso de marras, "El Siglo", Dic. del 1996).

¿Cuál ha sido y sigue siendo la trayectoria del Pálido? No cabe duda de que un partido político, igual que todo ser vivo, se incuba (o gesta), nace, crece, se desarrolla y muere. Y todo esto es el fruto de las leyes intrínsecas que dicta la naturaleza interna del partido en cuestión y donde los factores externos sólo son los portadores de las condiciones ambientales.

En lo que atañe al Pálido, esto no ha sido ni podrá ser de otra manera ni tampoco una excepción. Y cabe decirse con carácter de ley científica y, por tanto, conforme a la realidad concreta del objeto que estudiamos, que su trayectoria ha sido la más coherente, acabada y completa de una organización que se concibe, se crea, nace, actúa, crece, se desarrolla y alcanza sus formas adultas plenas llevando en su sangre y en todo su ser los componentes más profundos y variados del más podrido y traidor liberalismo burgués, renovado o recreado tras el fracaso como oportunismo socialista (revisionista) para, una vez vuelto a ser derrotado y fracasar con esta última forma, reaparecer como socialfascismo y lacayismo directo del imperio-capitalismo contrarrevolucionario, entregado esta vez en cuerpo y alma a las sombras reaccionarias de las cavernas.

Esta ha sido la trayectoria real y verdadera del Pálido en toda su historia y que se sintetiza en la combinación de su imagen engañosa o virtual con que se pretendió encubrir, con su esencial condición de apéndice-continuador-heredero del pervertido e infame reaccionarismo balaguerista, en la adopción sincera de la decisión que fuera aceptada en uno de sus últimos congresillos de que el boschismo es la ideología del Pálido.

Y, en efecto, su historia está dictada por lo que los palidistas dicen como última palabra suya que es su ideología y su concepción. Y resulta que el boschismo es, como teoría, la apología y la sublimación más acabada y completa del trujillismo como fascismo criollo y tercermundista tanto por sus métodos como por su contenido y significación histórica.

En lo dicho por Leonel Fernández con fines de avalar la estafa y, en este sentido, como una descomunal mentira, además de que en lo teórico es otro gran disparate suyo en el párrafo No. 12 de que: "el PLD ha tenido que ir creciendo y evolucionando de conformidad con el ritmo de los acontecimientos históricos universales", subyace, por otro lado, una gran verdad, que se da en lo que respecta a la íntima vinculación existente en lo que ha resultado ser el Pálido (según se corrobora en su condición de instrumento para la continuidad y garantía para la herencia del podrido balaguerismo), y lo que encerraban como su contenido y significación objetivo-práctica reales cada una y todas las teoricuchas oportunistas elucubradas durante 12 años (del 61-73) consecutivos por el gran estafador que ha sido Juan Bosch, que como teórico o intelectual, creador del boschismo, es un cero a la izquierda en el que las intrigas y las calumnias envilecedoras son su único elemento.

Para los de mentes ligeras digamos que al hablar de mentira y verdad en una formulación hecha con fines espurios, les queremos decir que tengan paciencia, que no nos contradecimos, sino que apenas advertimos con esto: ¡Cuánta perspicacia y cuánta sabiduría encierran aquellas palabras del maestro Engels, de que detrás de todo disparate teórico hay una gran verdad práctica escondida!

Y ésta, ¿cuál es?

Nadie duda que lo que ha resultado ser el Pálido, fundado en 1973, es lo más distante que alguien se pueda imaginar de una organización popular, revolucionaria o marxista. Pero no es sólo eso, sino que el Pálido ha devenido en ser el heredero del trujillismo, si atendemos a que el balaguerismo que hereda fue la continuidad directa de aquél. Y todas las actividades prácticas, así como los esputos sociológicos, literarios y politiqueros de Bosch, que son la fuente nutriente del boschismo y del Pálido, estuvieron dirigidos, durante toda su vida, única y exclusivamente a configurar la apología y defensa del trujillismo. Veamos este proceso desde sus principios.

Pero antes suscribamos la tesis de que si un rasgo hay de característico en la organización política que es el Pálido, éste es la más perfecta combinación que hay en ella de las prácticas más salvajemente primitivas, por un lado, con las ultra modernas prácticas del neoliberalismo bestial, del otro lado. Eso es común a todo movimiento nazi-fascista, como estuvo presente en el trujillismo original.

Así, aunque es el carácter mentiroso de Leonel Fernández el asunto que centra esta ponderación y motivan estas líneas, no queremos dejar de poner de relieve en particular la inseparable e íntima vinculación existente entre la repulsiva realidad de lo que es en verdad el Pálido y las distintas elucubraciones y disquisiciones de Bosch, pues éstas constituyen la plataforma para la incubación y agrupamiento de engañadores profesionales, y parte de esa plataforma del boschismo son:

- El "borrón y cuenta nueva" (1961-1963), acuñado para tener el apoyo del trujillismo;

- El apoyo dado al gobierno de Balaguer desde junio del ’61 hasta diciembre de ese mismo año. Véase colección de "El Caribe".

- "Trujillismo es paradigma de saber gobernar" y su tesis fascista de que saber gobernar es "saber mantenerse en el Poder", no importando la situación ni el rumbo, según Bosch, del pueblo, la sociedad ni de la nación (1962, discusión de Bosch con Láutico García);

- Su apoyo a la invasión de los gusanos cubanos de Playa Girón cuando señaló que el error de John F. Kennedy al aceptar y preparar (1962) la realización de esa invasión consistía, no en la violación de la soberanía cubana ni en intentar pisotear su autodeterminación, sino en que lo hizo solo y no buscó el apoyo de los distintos gobiernos latinoamericanos, lo que hubiera garantizado el éxito de esa justa empresa imperial. Esta receta boschista fue la que nos aplicara el imperialismo norteamericano al invadirnos en 1965 con sus tropas bajo el nombre de Fuerzas Interamericanas de Paz (FIP).

- Su exhortación "militares, el comunismo es destrucción y muerte; nunca permitan que se entronice en el país" (30 de marzo, 1963, Santiago de los Caballeros);

- Su directa instigación, por medio de emisarios y agentes disfrazados de amigos, al suicidio político-militar del grupo pequeño-burgués de Manolo Tavárez Justo, para luego considerar, apenas varios meses después: "Ese cuestionario del programa ‘Aquí Santo Domingo’ no lo respondo por ser un programa de los comunistas del 14 de Junio" (carta de Bosch desde Puerto Rico a Eliseo De Peña Durán, 1964);

- La íntima vinculación de lo que es hoy el Pálido con su expresa infamia de que "no se puede acusar a Balaguer de trujillista y quienes hacen eso están distorsionando la lucha política pues el trujillismo ya no existe" (Juan Bosch, 25 de mayo de 1966, ‘El Caribe’, 1ra. Pág.);

- "La lucha contra Trujillo fue obra de la oligarquía" (1969), (Revista Ahora! No. 298 del año 1969) y por lo tanto el antitrujillismo no conformó un movimiento democrático ni a favor de la libertad, la democracia y el progreso económico-social del país, sino que ha de ser tenido -según el boschismo y Bosch- como reaccionarismo, de ahí que fueron justos los crímenes y monstruosidades -según Bosch- del dictador en contra de los miembros e integrantes de ese movimiento histórico y garantizar su reelección sobre aquel montón de crímenes y actos vergonzosos de lacayismo. Parece que se aprestan los boschistas, ya en el Poder, a concretar hechos similares y en igual sentido;

- "Trujillo no fue agente, lacayo ni servil ante el imperialismo, sino todo lo contrario" (1969, Revista Ahora! No. 298; 28/7/69, Pág. No. 17);

- "La nación dominicana es inexistente por carecer de soberanía nacional", sólo existió con Trujillo (una carta perdida de Bosch al trujillista Jottin Cury, Revista Ahora!). Obsérvese el desprecio por la nación y la soberanía que estila Bosch de manera persistente;

- "El pentagonismo, sustituto del imperialismo", o "la inexistencia del imperialismo", de ahí que carecía de base, según Bosch, la lucha anti-imperialista;

- La tesis de la "dictadura con respaldo popular", copiada del mussolinismo y del franquismo, negadora del papel protagónico del pueblo en la historia y en la gestión estatal;

- Amen de su carta ordenándole al PRD votar por abajo por Balaguer en las elecciones del ’70. (Declaren la abstención, y manden por abajo a votar por Pedro - nombre camuflajeado de Balaguer).

Como se ve, hay una clara e indiscutible línea maestra que une en forma inseparable lo que es por su carácter, naturaleza e intereses económico-políticos y sociales a los que sirve el Pálido en la actualidad como a los que sirvió desde su fundación hasta el ’96, todo esto de un lado, con las enfermizas pestilencias que a título de "ideas", según algunos adocenados; ideúchas rastreras equiparables sólo a exabruptos de un arrogante pretencioso maestro de la traición y el espionaje contrarrevolucionario, con un nivel real de maestro de escuela rural, según nosotros, que sólo elucubra a lo Judas llamado Juan Bosch y Gaviño, del otro lado.

Es reafirmando su adhesión a esas estratagemas pestilentes y capaces de sobrecoger de vergüenza a todo ser humano con dignidad y amante de la verdad que el Pálido, antes de recibir públicamente el testamento que lo acreditaba como heredero exclusivo del trujillo-balaguerismo, oficializó en un congreso suyo que su ideología era el boschismo. No hay dudas de que estaban y están totalmente conscientes de en lo que están.

Por ello, el párrafo 12 del comentado discurso del presidente Leonel Fernández resulta, en el mejor de los casos y siendo condescendientes con él, una burda mentira, ya que eso de que "el PLD ha tenido que ir creciendo y evolucionando de conformidad con el ritmo de los acontecimientos históricos mundiales", pretendiendo con él dar la imagen de "cambios" en la trayectoria de esa organización, es un sofisma barato y no es digerible por la ciencia sociológica ni por ninguna que se ocupe de cualquier campo de la naturaleza, de la sociedad o del pensamiento.

Lo que es verdad es que el Pálido ha sido total y absolutamente coherente en cuanto a que se concibió, nació, se desarrolló y es mantenido teniendo como plataforma suya de pensamiento y actuación todas las vilezas e infamias canallescas de la más completa y acabada apología, defensa y justificación del trujillismo.

Así como ya es fácil para la ciencia establecer de antemano el tipo de enfermedades que puede padecer una persona por medio del estudio genético de sus células, aún en estado embrionario y fetal, en la práctica se sabe que un huevo fértil en las condiciones adecuadas se convierte en un pollito en tanto es portador de esa realidad, aún sea en forma latente; pero una piedra, aún cuando sea la más perfecta escultura del más genial artista (escultor) dándole las formas idénticas a las de un huevo, jamás, en ninguna, ni aún en las más excepcionales condiciones, podría generar, esa piedra, un pollito. El Pálido es fascista no por condiciones históricas fortuitas, sino porque ha sido, es y será nazi-fascista su naturaleza siempre.

Conforme a esta elementalísima consideración, se descarta de plano que el Pálido haya concluido en la repulsiva entente política que se evidencia hoy ante los ojos de todo el mundo como obra de circunstancias cambiantes y de coyunturas fortuitas y casuales, la verdad es que, efectivamente, el Pálido desde que anidara embrionariamente en la perversa mente que lo parió, que fue la del architraidor Juan Bosch, tenía el sello y la mancha indeleble "genéticamente" de lo que es hoy y, precisamente, así y sólo en este sentido, jamás en otro, corresponde afirmar que posee validez real lo de que el Pálido "ha evolucionado y crecido" con el proceso, como dijo Leonel Fernández, lo cual, dicho así, y en este específico sentido, no sería entonces una mentira, pero es el caso que él (Leonel Fernández), no lo ha dicho con ese cometido, aún cuando de paso lo abarca, dependiendo del punto de vista con que se le aborde, sino pretendiendo que todo es fruto de cambiantes imprevistas circunstancias, y no de la esencia íntima y profunda de la naturaleza congénita e innata del Pálido ni de las leyes correspondientes que emanan de la propia naturaleza del objeto o ser social. Pero lo del Pálido, igual que cualquier otro partido político, es asunto de carácter de clase, lo que resulta como algo inmodificable en una organización política y es lo que tan certeramente formula el marxismo-leninismo-pensamiento mao tse tung, como una ley invariable e inalterable, igual que la Ley de la Gravedad.

El uso de la lengua para ocultar y tergiversar, adulterando la realidad de las cosas, es una cualidad de Bosch, en cuyo ejercicio ha demostrado tener suficiente talento como para ocupar un sitial distinguidísimo en los menesteres de tejer infamias y encontrar sujetos para que los presenten como aportes que distinguen la dignidad humana. No hay dudas que Leonel Fernández es un distinguidísimo y genuino discípulo heredero, además, del talento incalificable de su infame maestro.

-CONTINUARA-