EE.UU. Y GOBIERNO DE BUSH

Primeros terroristas y genocidas del mundo actual

¡¡NO A LA GUERRA DE EXTERMINIO

Y DE AMPLIACION DE SAQUEO!!

 

La guerra de exterminio y de carácter tan terrorista como genocida que actualmente efectúan los Estados imperialistas encabezados por los EE.UU., no es una guerra por la civilización ni mucho menos por hacer prevalecer los primitivos y absurdos disparates oscurantistas salvajes que componen el cristianismo.

Lo mismo cabe decir de los aristocráticos círculos aburguesados árabes que, tiranizando y subyugando a los pueblos árabes, hacen uso del islamismo y su ensarta de supersticiones estúpidas, común a toda creencia y práctica religiosas.

Islamismo y cristianismo se han expandido en el filo y punta de la espada de los poderosos opresores, cabalgando ambos sobre el poder económico, político, militar y cultural de sus propios mundos. A la vez, desde el surgimiento del Islam, éste ha estado enfrascado en una lucha a muerte con los cristianos y viceversa, y no precisamente por cuestiones de fe ni de espiritualidad, sino de intereses económico-materiales.

Las Cruzadas que se iniciaron en el siglo XII, encabezadas por los papas sátrapas del cristianismo, tampoco fueron en sí guerras de fe ni religiosas.

Las luchas intestinas dentro de los distintos estados europeos como Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, etc., aunque siempre tuvieron máscara religiosa, no fueron en verdad ni en sí luchas de creencias religiosas, sino luchas políticas por intereses económicos. Se trata de luchas entre sectores sociales que buscan el poder perdido o por conquistarlo de manos de sus contrarios, otros opresores, en aras de sus particulares intereses.

Los círculos aristocráticos y aburguesados –dado su actual cúmulo de riquezas- de musulmanes del talibán, o los de Irak, o los de Irán (persa, no árabe), Siria, Egipto o cualquier otro país, sólo encarnan, en el seno del miserable mundo árabe, los intereses de las respectivas burguesías que se abanderan en el Corán (igual a como los últimos emperadores romanos, desde Constantino hasta Justiniano, se abanderaron del cristianismo); siendo el Corán (Islam) la interpretación oriental del judaísmo, conforme los intereses de los círculos aristocráticos de los beduinos de distintas tribus dentro de aquel miserable mundo árabe primitivo feudal, que abogaron por la unificación de sus distintas tribus. Estas, a su vez, se agrupaban constituyendo nacionalidades, y desde ahí crearon, bajo el estandarte político-religioso del Islam, un nuevo gran imperio suyo, lo que en efecto lograron alcanzar, creando el califato (su imperio), donde el califa hacía lo mismo que el Emperador dentro del Imperio Romano.

La burguesía árabe marcha en pro de su realización y pretende encarnar el espíritu nacional de sus pueblos y quiere ser dueña de sí y de sus mercados, teniendo como bandera el Islam, aunque dentro de ella existan, claramente, distintos sectores.