Contra la inamovilidad de los jueces

Los de la Suprema Corte son usurpadores

 

Estamos cada vez más convencidos de que resulta inaceptable el absolutista criterio de jueces eternos, inamovibles, vitalicios o mientras vida tengan.

Eso de la inamovilidad de los jueces sólo es aceptable desde el punto de vista de una institución retardataria y parasitaria, como la Iglesia Católica, donde impera una dictadura fascista bajo el cuento de que el Papa es el representante de dios -de su dios-, de que no se equivoca y de que está en el puesto mientras vida tenga. Si ellos lo aceptan, allá ellos los curas, con su condición de alienados.

No es casual que quienes tengan aquí el sonsonete ese de la necesidad del carácter vitalicio de los jueces sean el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Agripino Nuñez, los obispos y sus secuaces de Participación Ciudadana, que se autotitulan representantes de la sociedad civil. ¿De qué sociedad civil?

Pero lo que no pueden contestar estos apologistas a ultranza del absolutismo clerical es que cómo algo transitorio y electo circunstancialmente, pueda crear algo vitalicio, eterno e inamovible.

Si los que designan a los jueces son electos por cuatro años, por ejemplo, es inaceptable que los jueces de la Suprema Corte de Justicia sean jueces por secula seculorum.

A otros perros con ese hueso.

¡Dominicano, defiende tu voto!

Que todos los funcionarios públicos sean el resultado del sufragio universal y por un período determinado. La delegación de Poder en un juez sólo puede tener carácter transitorio.

Que se legisle pues para que se ponga fin a ese atraco al sufragio que es el carácter inamovible de los jueces.

Que se acabe el cuento de que la idoneidad de la Justicia depende de que los jueces tengan un carácter vitalicio.