Esas aguas franco-falangistas-clericales traen estos lodos

Los llamados "inversionistas" españoles son los representantes del capital negrero

 

A través de las acciones abusivas, estafadoras y expoliadoras que perpetra FENOSA, dueña de las llamadas distribuidoras eléctricas Edesur y Edenorte, contra la población y contra el país, la gente está aprendiendo, por su propia y directa experiencia, lo que es el capital negrero español.

El capital negrero español es la forma bestial y despiadada que aplican los neoliberales para obtener ganancias a costilla de los pueblos y naciones oprimidos y subyugados que con tanta exactitud encarnan los capitalistas españoles, herederos directos del fascismo franquista, promiscuamente cruzado con los traidores socialdemócratas españoles del partido de Felipe González, un auténtico renegado y peón de la peor laya de los monopolios imperialistas, tanto europeos como norteamericanos, y bautizados por los jesuitas del Opus Dei.

Para los representantes del capital negrero español, la suerte que corra la gente del pueblo trabajador en este país o en cualquier parte del mundo no importa, con tal de obtener superganancias; no es extraño que ese capital negrero español tenga como uno de sus principales componentes a la Iglesia Católica a través de su consorcio gangsteril y monopolista llamado Opus Dei, al que pertenecen, tanto el papa Wojtyla, como gran parte de la curia vaticana junto con toda su burocracia fundamental representada por Navarro Vals y Angel Sodano.

Si damos una ojeada por el mundo actual, nos encontraremos que ese capital negrero predominante en España y que encarna su gobierno ultraderechista de Aznar, en colusión con la ridícula monarquía que exhiben los españoles, es ampliamente repudiado en todos los países y hasta en conglomerados de origen español, como sería el ilustrativo caso del Estrecho de Gibraltar.

Allí, hace apenas varias semanas, se llevó a cabo un plebiscito para decidir si el pueblo de Gibraltar abandonaba el dominio de Inglaterra y se acogía a su madre patria España, y el pueblo de Gibraltar, prefirió la madrastra y no a su madre, puesto que ésta, que sería España, representa los métodos y procedimientos gubernamentales más arbitrarios e injustos que la mente humana ni siquiera se puede imaginar. Así lo proclamaron y lo difundieron en cada oportunidad que se hizo presente.

Otro tanto se comprueba en relación al caso de la oprimida nación vasca, a los vascos y a su demanda de independencia. España ha sido una cruel metrópoli colonial y la más vieja del colonialismo moderno que se recrea en las huestes de Colón, en el 1492, que se jacta de aplicar los más bestiales y genocidas métodos implacables de terror y exterminio sobre sus víctimas.

El carácter del capital negrero que encarna España está patente en su intransigente opresión nacional sobre la nación vasca, así como en las sistemáticas persecuciones, que han obligado a los vascos a preferir la muerte antes que vivir de rodillas.

Sus ancestrales prácticas de esclavizar las poblaciones de los países que consideran sus dominios han conllevado hasta la desaparición de la raza indígena de América Latina y de su cultura, o bien diezmaron poblados enteros en el Africa con la práctica del tráfico de negros. Pero tanto en América Latina como en el Africa, su consigna, además de sádica, posee un alto contenido cínico y no vaciló en llamar a esos programas coloniales de esclavización y muerte, fruto de la voluntad divina, de que sus víctimas fueran de esa forma cristianizados e incorporados a la civilización de dios padre, hijo y espíritu santo, dándole la verdadera connotación, por ese medio, de infamia con que desde el llamado Viejo Testamento en el Deuteronomio, certeramente se conoce el símbolo de la cruz.

En el Perú, el capital español no escapa a esos rasgos que son inequívocos y que lo identifican como típico capital negrero.

Se jactan los representantes de ese capital negrero español en el país de burlarse de las instituciones nacionales y despotrican insultos denigrantes y discriminatorios contra el pueblo dominicano como en los mejores tiempos de la colonia.

Y lo peor de todo es que los tres partidos del sistema, el PRSC, el PLD y el PRD, en colusión con la Iglesia Católica y el capital parasitario de los bancos, actúan desvergonzadamente como lacayos redomados de ese capital negrero español que, con exactitud, representan Fenosa y sus distribuidoras.

Urge que el pueblo tome conciencia de esta dolorosa e insoportable realidad para convertir los abusos de que somos objeto en odio que sólo encontrará su cauce en la más decidida e intransigente lucha de todos los dominicanos para echar hasta el último capitalista español del suelo dominicano. Es que en realidad apestan y son intratables.

 

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