Pobreza, miseria y desempleo condiciones obligadas para existencia capitalismo (liberal o proteccionista, no importa)

 

Como ya hemos expresado en distintas ocasiones, en la sociedad capitalista de explotación, que es la imperante en nuestro país, tanto la lucha contra la corrupción como la lucha contra la pobreza y la miseria resultan simples consignas tan demagógicas como hipócritas, puesto que la corrupción, cuya palabra mágica es robo y el protagonista principal es el ladrón, adquiere en el capitalismo el carácter de móvil esencial del proceso productivo de la mercancía y de su circulación, en tanto que la pobreza y la miseria son condiciones esenciales de existencia del capital, por lo que los que se erigen en cruzados o fanáticos supuestos de luchadores para acabar con la pobreza dentro del marco de la vigencia del régimen burgués o capitalista de explotación, no son más que burdos estafadores y verdaderos lobos disfrazados de ovejas, cuyo real objetivo es convertir en otra fuente inagotable de ganancias el producto inevitable del proceso de producción y distribución de mercancías que es la masa de pobres y de miseria, las que crecen y crecen con el desarrollo bajo el capitalismo.

Esas huestes de perversos estafadores las encabezan los curas y pastores, entremezclados o reburujados con esas hienas despreciables que tanto ensalza la prensa amarilla llamados filántropos. Ahora, el asunto es peor, puesto que con la sustitución del modelo contrainsurgente proteccionista por el crudamente capitalista llamado neoliberal y que no es más que el mismo liberalismo del siglo XIX aplicado no bajo las condiciones de la libre competencia entre productores independientes, sino liberalismo bajo las condiciones del imperialismo, que es el del predominio de los monopolios internacionales que se traga a los capitalistas independientes que son convertidos en reliquias históricas o piezas del museo de la historia, la producción de pobres y de la miseria, que es consustancial con los pobres, se ha multiplicado y acelerado, lo que explica por qué los politiqueros del capitalismo y el imperialismo siguen los pasos de sus maestros contrarrevolucionarios tipo Balaguer, Bosch y Peña Gómez, volviéndose hipócritamente más repetidores de las consignas o sonsonetes de luchar contra la pobreza al tiempo que no hacen otra cosa que incrementar y ensanchar las bases y expresiones concretas de dicho flagelo llamado pobreza.

Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y ahora Rafael Hipólito Mejía, los últimos tres gobernantes desde que el gobierno de Salvador Jorge Blanco en abril de 1984 firmó con el FMI para abrir las puertas al neoliberalismo en el país, no se han cansado de repetir como cotorras viejas esos conocidos estribillos de condena a la pobreza.

II.- La pobreza, igual que el explotado, que tienen un origen mucho tiempo antes de que el régimen capitalista llegara a ser el régimen predominante, se recrea y potencializa en éste en un nivel y en una forma nunca antes conocidos ni vistos en la historia de la humanidad.

Habiendo dos fases indispensables del desarrollo del capitalismo, una de las cuales es la acumulación de capital y la otra es la concentración del mismo, ambas se conjugan generando entonces lo que se llama proceso de depauperización, empobrecimiento o proceso de proletarización de las grandes masas de la población, esto de un lado, y del otro lado crea una centralización del capital, que no es más que un menor número de capitalistas controla mayor volumen de capital, esto es, de riquezas.

Es esa masa de trabajadores sin ocupación, desempleados o sin trabajo, lo que constituye la llamada pobreza, que además de creada por el capitalismo es a la vez fuente imprescindible de dicho sistema de explotación.

A esa masa sin ocupación es a la que Carlos Marx llama superpoblación relativa o excedente de población en y para el régimen capitalista. De lo que dice muy claramente en "El Capital", Tomo II, en el capítulo atinente a la "Acumulación del capital y el empobrecimiento de la clase obrera":

"En fin, cuanto mayores son la capa de los Lázaro de la clase obrera y el ejército industrial de reserva, tanto mayor es el pauperismo oficial. Esta es la ley absoluta y general de la acumulación capitalista".

Ofrece pues el capital un inagotable depósito de fuerzas de trabajo disponibles al más bajo precio. Y aunque consecuencia del modo capitalista de producción, la superpoblación relativa o excedente de población para el capital se erige en condición indispensable tanto de la existencia del capitalismo como de su desarrollo.

Por ello las demagogias y las burlas de la gente que vive ahogada en su ignorancia de parte de perversos y estúpidos como Rafael Hipólito Mejía y Leonel Fernández diciendo que luchan contra la pobreza nos mueve sólo a odiarlos y a despreciarlos aún más cada vez que ellos persisten en su pérfido engaño.

Pero a decir verdad, estos breves comentarios son motivados como el inicio de una respuesta cabal y completa a los señores Tomás Castro y Rafael Flores Estrella, que han querido hacer campaña tomando como bandera la consigna de lucha contra la pobreza a la vez que atizan la propaganda a favor del capitalismo y sus más nocivos servidores y agentes, como son los socialdemócratas.

Flores Estrella ha dicho, compartiendo puntos de vista y expresiones con Tomás Castro, que la pobreza se ha incrementado debido a que contra ella -esto es, contra la pobreza- sólo se lucha de palabra y no se hacen las obras de beneficencia y filantropía de la magnitud requerida. Por su parte Tomás Castro ha dicho, siendo apoyado por Flores Estrella, que de su barrio los que compartieron niñez con él -con Castro- y no estudiaron -son pobres- y los que estudiaron viven bien.

Eso no es un argumento, es un argumentajo propio de un peñista y discípulo de un agente del Cuerpo de Paz e informante de la Embajada USA llamado Ernesto Valette Pérez.

Refiriéndose al tema, los socialistas marxista-leninistas sostenemos, con José Stalin, el irreductible punto de vista de que en el régimen capitalista la clase obrera y los demás trabajadores, principalmente del campo, están privados de condiciones humanas de existencia, por lo cual viven en la miseria.

Y Carlos Marx, en sus Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844 lapidariamente dijo:

"La miseria -escribe Marx- se desprende de la naturaleza misma del trabajo moderno".

Las cantilenas de los del PRD, del PLD, del Partido Reformista Social Cristiano, de las iglesias y de los capitalistas explotadores y su gobierno como del reaccionarazo Rafael Hipólito Mejía sobre la pobreza hay que tomarlas como burlas en torno a la situación de los oprimidos y explotados. Hay pues que trabajar con éstos para que odien y conviertan ese odio contra sus enemigos de clase en armas de lucha.

Lo que sí ha quedado palmariamente demostrado en todo el curso de la historia de la economía capitalista es la existencia objetiva, esto es, la existencia independiente de la voluntad de los hombres, de las crisis económicas o "cracks", que se suceden combinándose y alternándose con los períodos de auges y florecimientos de la producción y de la economía capitalista en general.

Crecimiento de capital proviene explotación masas obreras-trabajadores

La superpoblación relativa es excedente pero sólo para el capital no frente a los medios de producción

Al mismo tiempo se produce un proceso preñado de contradicciones donde, alternándose los tiempos buenos con los tiempos malos, o sea las zafras con los tiempos muertos en los que el bienestar y la pobreza con sus caracteres de miseria y sufrimiento vienen y van durante un tiempo más o menos considerable hasta que se produce de nuevo una gran crisis con la que obligatoriamente crece y se ensancha la miseria y pobreza en la población.

Lo que Carlos Marx demuestra es que bienestar y pobreza no son obras del destino ni mucho menos de la buena o mala voluntad individual de los hombres ni tampoco obra del castigo o de la cambiante voluntad de dios alguno. Marx pone de realce que el sistema capitalista obligatoriamente engendra la pobreza y la miseria en forma creciente, esto es, cada vez mayor y nunca menor en términos absolutos, o sea, en los números que indican el monto de dicha miseria o pobreza en el marco del régimen capitalista de producción.

La llamada acumulación capitalista o crecimiento del capital (medios de producción y de vida invertidos y activados para aumentarse y crecer) no es más que la incorporación, bajo el nombre de capital, a lo ya invertido anteriormente, con ese mismo nombre o carácter, del monto total que extrae el capitalista en cada ciclo completo de producción a título de plusvalía y que al ser expresado en dinero recibe o se le da el nombre de ganancias.

Este proceso Carlos Marx en El Capital, Volumen II, lo expresa en forma insustituible así: La acumulación capitalista produce constantemente… un exceso relativo de población obrera (y trabajadora), que es lo que se llama población excedente o superflua para las necesidades medias de valorización (entendiendo con esto de engrosamiento) del capital… (en un momento específico y concreto dado)… Y continúa subrayando que saliendo del trabajo no pagado a los obreros o trabajadores el llamado engrosamiento o valorización del capital (plusvalía), la acumulación de éste la crea "la población obrera", que actuando en una metamorfosis como capital variable, "produce también en escala creciente los medios para hacerse -entiéndase ella misma, la población trabajadora misma- superflua".

Y concluye en forma categóricamente irrefutable diciendo que esta relación: "es una ley de la población propia del modo capitalista o sistema capitalista de producción".

Con esto queda establecido que la ley que rige la población y su creciente empobrecimiento y mayor miseria bajo el capitalismo no es una ley natural irreparable ni proveniente de la misma naturaleza del hombre ni mucho menos divina como preferiblemente viven propalando esos energúmenos de la superchería y la ignorancia llamados cristianos protestantes y demás sabandijas despreciables. Remarcando Marx que esos llamados excedentes de población, que componen los grandes bolsones de la más escandalosa miseria-pobreza, son creados por el capitalismo, y que además existen como tales, esto es, como amasijos de pobres y miserables en relación con las necesidades del capital, pero que nunca son excesivos en relación con los medios de producción, los que si fuesen manejados con otra relación que no fuera la capitalista, sino la socialista marxista-leninista, no la socialdemócrata de Rafael Flores Estrella y Thomás Castro y Monegro, esos bolsones de pobres y miserables serían ocupados y dejarían hasta de ser pobres y llegarían a producir sus medios de subsistencia para que así sea enterrada la maldita caridad y filantropía cristianas, perversidades éstas con las que sus portadores quieren envilecer aún más a las gentes hasta convertirlas en amasijo de canallas.

Nadie puede sustraer ni detener que como parte del proceso histórico social del capitalismo se produzca en forma permanente y continua tanto la pérdida por parte del pequeño propietario, del medio y del rico terrateniente, rural o campesino, de su parcela y tener que entrar así al mundo de los "desposeídos", mientras que otro tanto ocurre con el pequeño, mediano y hasta con el rico productor o comerciante urbano. Dicho proceso sería parte importante de la llamada ley de depauperización de la población o proletarización de ésta que es anexa y parte del proceso de concentración del capital cada vez en menos manos.

Se trata, el de la creación, desarrollo y fijación creciente de la pobreza y la miseria de un proceso consustancial, esto es, inseparable, obligado y necesario bajo el capitalismo.

Pero como los socialistas democráticos, tipos Flores Estrella y Tomás Castro, no aceptan sino que luchan contra el marxismo-leninismo y la teoría marxista-leninista sobre el régimen económico capitalista tienen que pensar al respecto sandeces y decir cosas pueriles. No mencionaremos siquiera lo del Cardenal y sus paniaguados, ya que lo suyo respecto a la pobreza es que la misma es fruto de los pecados cometidos por el pueblo; pues la religión, como opio del pueblo, es un instrumento perverso al servicio del capital y de la burguesía, que es su órgano social.

Nosotros, que nos basamos íntegramente en el marxismo-leninismo, el que consideramos científicamente exacto, no nos dejamos seducir de disparates ni de modas, sino que nos apegamos a la práctica, que como criterio único, insustituible y definitivo de la verdad y de la teoría, exige la más absoluta correspondencia de éstas con la realidad.

Sólo el marxismo-leninismo-pensamiento mao tse tung da una justa apreciación del asunto de la pobreza y la miseria de la población bajo el sistema capitalista. Y nos apegamos dogmáticamente e intransigentemente, si así gustan y les complace llamarles, a la ley de Marx sobre la población, desarrollada por Lenin, Stalin y Mao Tse Tung.

-Continuara-

 

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