Conep-Anje-Finjus y Participación Ciudadana encarnan movimiento de corte y contenido fascista, falangista-clerical del capital negrero colonial

 

Que no haya engaño ni mediatinta.

Son de corte y contenido netamente falangista, franquista y fascista-mussolinista las incursiones sistemáticas efectuadas respecto al funcionamiento del Estado y los partidos políticos tanto de Elena Viyella y su Conep como las de Anje que preside otra empresaria de nuevo cuño salida no se sabe de donde, llamada Marisol Vincens Bello, al igual que a través del grupo de presión, Participación Ciudadana, o bien del Finjus, en los que se reparten influencias y recursos monetarios de organismos y organizaciones financieras internacionales de los EE.UU. así como de la Iglesia Católica que a través de Agripino Nuñez-Ucamaima e Intec-Rafael Toribio y la banda de Chinatown en el país que encabezan los hermanos y hermanas Sang Ben, una auténtica tríada mafiosa china que opera en el país como agentes de fuerzas extranjeras contrapuestas a la soberanía dominicana.

En su bandera de reclamos y presión a la que las autoridades dominicanas les abren, de espaldas a las leyes, de par en par las puertas para su entrometimiento en los asuntos estatales y les dan a la vez todo tipo de facilidades privilegiadas, lo que esos exhiben es exactamente un programa de neto corte falangista a lo Franco-Carrero Blanco-Opus Dei y al estilo fascismo mussolinista del Vaticano, S.A. incorporado a la mafia siciliana o cosa nostra y a la francomasonería neoliberal.

Su campaña que está presente en todos sus actos y conspiraciones contra la política, contra los partidos políticos y los líderes políticos, acusándolos a ellos y a sus actividades de ser la causa de todos los males económico-sociales, así como de la disolución de la familia y los valores cristianos a la par que exhiben un anticomunismo atroz, son exactamente los de la proclama de la falange española de Franco-Carrero Blanco, que evidentemente se recrean y toman cuerpo en el país en las Elena Viyella, en los Lisandro Macarrulla, en los Paliza así como en la Vincens Bello, lo que se refuerza con la intensa presencia del capital negrero español de Fenosa y otras empresas que como la de los españoles Paco García y Luis García de la Ferretería Americana, que han declarado por encima de la Constitución que los precios en las mercancías en ese establecimiento se fijan en dólares. Ya la Viyella, por su parte, ha proclamado que en lugar del peso debe colocarse el dólar. Y todo esto con la actividad del también español cura neofalangista y jesuita Jorge Cela.

El punto 6 de los 26 de la falange ilustra sobre la procedencia de la cháchara de Conep-Elena Viyella, de la Vincens Bello, de Rafael Toribio y del clan de la tríada china Sang Ben, citamos textualmente el programa de la falange española en el punto 6, donde dice: "Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad de la patria. Todos los españoles participarán -en él- a través de su función familiar, municipal y sindical. Pero nadie podrá participar a través de los partidos políticos, se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos con todas sus consecuencias". Y en el 8 y 9 de dicho programa falangista, que es de donde proceden los de Conep, los de la Anje, Fenosa y comparsa se dice así: "El Estado será nacional-sindicalista… concebimos a España en lo económico como un gigantesco sindicato de productores (obsérvese, decimos nosotros, que no hablan de sindicato de trabajadores, sino de sindicato de capitalistas) -y prosiguen- organizaremos corporativamente a la sociedad… mediante un sistema de sindicatos verticales por ramas de la producción al servicio de la integridad nacional… haremos radicalmente imposible la lucha de clases -y proclaman que es un abuso lo de los reclamos de los trabajadores pues es un interés parcial- estamos en contra de la anarquía que implican las luchas y reclamos de los obreros por mejores salarios, condiciones de vida, etc., etc.," y así sucesivamente hasta desparramarse en sinnúmeras proclamas demagógicas.

Es exactamente lo que constituye el fondo y la esencia de todos los pronunciamientos de la Viyella, de la Vincens, de los de Participación Ciudadana, de Rafael Toribio y del clan de la tríada mafiosa china de los Sang Ben. Este es el mismo sonsonete de Rafael Hipólito Mejía cuando se declara ser un representante de los empresarios y no de los políticos.

Ese corporativismo es la base de la organización de la producción bajo el régimen fascista de Mussolini en la Italia precursora de la falange española de Franco y de Carrero Blanco, que ya desde el Pacto de Letrán en 1929 había hecho suya la Iglesia Católica con los papas Pío XI en su encíclica Quadragesimo anno, por lo que se le llamó el Papa de Mussolini y Pío XII, en Divini redemptoris, reconocido éste por todo el mundo como el Papa de Hitler; en esos y en otros tantos documentos oficiales de la Iglesia Vaticanista, S.A. se proclaman las corporaciones productivas de Mussolini y a las que cita la falange española en sus puntos 8, 9 y demás, como la base ideal de su Estado fascista clerical.

Si el lector de "¡Despertar!" observa con detenimiento, esa misma cantilena y cháchara engañosa la emplea permanentemente Rafael Hipólito Mejía cuando despotrica fuera de sí acusando a los políticos y a los partidos políticos. Ahí se le escapa la formación trujillista-franquista con que le lavaron su poco amueblado músculo cerebral en el Instituto Loyola los curas jesuitas-franquistas importados por el dictador Trujillo.

Rafael Hipólito Mejía, la Viyella, la Vincens, los Opus Dei, los de la Ucamaima, Intec-Rafael Toribio y la mafia de la tríada china de los Sang Ben, tienen su plataforma de acción fundada en el falangismo, y aunque Rafael Hipólito Mejía se hizo del Poder no estando capacitado para ello por medio de un partido político de la burguesía al que tiene hoy virtualmente secuestrado y con evidentes planes de robárselo, no es con esa estrechez que sólo supervive gracias al neoliberalismo salvaje que tales sectores podrán cerrarle el camino al pueblo y al país en su disposición de resolver sus problemas en el marco de la independencia y la libertad; esto es sólo posible mediante la lucha política y con el concurso decisivo de los partidos políticos.

Mientras que lo de la Viyella, Conep, la Vincens Bello, de Rafael Hipólito Mejía y demás yerbas eclesiásticas es puro falangismo franquista y fascismo mussolinista reaccionario.

 

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