Lo que le cuesta al pueblo confiar en aventureros

Peggy Cabral: Entre el reaccionarismo y la prostitución política

 

Resulta poco más que una infamia incalificable lo hecho el sábado 12 de julio por la señora Peggy Cabral que utilizó su programa de televisión para desparramar infamias en contra de la memoria de miles de ciudadanos dominicanos pertenecientes a todas las corrientes políticas e ideológicas que fueron asesinados víctimas de la política y acciones criminales de Joaquín Balaguer los 22 años de gestión gubernamental de ese tirano-alimaña Joaquín Balaguer.

Pero si fueron varios los miles de asesinados cuya memoria ofendió Peggy Cabral, sobrepasan los cientos de miles aquellos ciudadanos que sufrieron en carne viva los abusos y atropellos propiciados y aupados directamente por el tirano-alimaña al que desaprensivamente y con muy pocos escrúpulos, como toda una caza fortuna, Peggy Cabral alaba.

Es claro que esos difuntos y sus parientes enlutados, así como los vejados, los torturados y sus sufrientes parientes a la Peggy Cabral nada, absolutamente nada, le importan ni tienen por qué importarle.

Peggy Cabral, cuando el gobierno del PRD del ’63 fue derrocado fue a vivir junto con su ex (1er.) esposo y sus padres a Santiago de Chile donde su progenitor ocupó el cargo de Cónsul representante del gobierno golpista y en particular de Donald Reid Cabral hasta el año 1966. Gozaba Peggy Cabral entonces de la laxitud y la buena vida que depara la vida diplomática al tiempo que se divorciaba y volvía a casarse, esta vez con un joven dominicano ya fallecido.

Pero si se recuerda, desde el Golpe de Estado del ’63 hasta el ascenso al Poder para implantar la dictadura de los 12 años, ¿dónde estaba y a qué se dedicaba la que hoy es tan generosa con el déspota Balaguer y a la que tan fácil se le hace entregarse a las alabanzas infames y sin comedimiento a favor del tirano-alimaña Joaquín Balaguer? No vamos a entrar en detalles para no remover tantas inmundicias que en último caso sólo podrían inscribirse en la decisión personal de la individualidad decadente e indolente.

Pero sí hay que recordar que no fueron dos ni tres los dominicanos que afrontaron la represión y que tuvieron que pagar con su vida y el bienestar propio y de los suyos, en el período de septiembre del ’63 hasta el 1ro. de julio de 1966, empeñados en devolverle al país el orden institucional en el marco constitucional y demostrar con el ejemplo heroico, sin atender a las consecuencias adversas, que por los derechos se ha de luchar y que los tiranos y dictadores no se saldrán así como así con la suya; los dominicanos caídos sumaron más de 5 mil en ese aciago período, y Peggy Cabral la afrentosa que con tan poca vergüenza y huérfana de dignidad y decoro se destapa en alabanzas del tirano-alimaña Joaquín Balaguer, ¿dónde estaba?

Como se sabe durante los 12 años, del ’66 hasta el ’78, Joaquín Balaguer, al que la aventurera Peggy Cabral ensalza y llena de elogios inmerecidos que deben estremecer los huesos hasta de los mismos perredeístas que yacen por centenares en tumbas desconocidas, implantó una sangrienta y tenaz dictadura, ¿y Peggy Cabral, la aventurera viuda negra que hoy evidencia sus miserias en depravadas alabanzas a favor del tirano-alimaña y en ofensa evidente a la memoria y al sacrificio de los que lucharon por los derechos, por la soberanía, por la independencia y por la libertad, dónde estaba? ¿Sería ella capaz de explicar esa importante parte de la oscura y húmeda historia de su vida?

¿Por qué será que gente que no es capaz de luchar por grandes ideales libertarios ni siquiera tiene el mínimo decoro para guardar silencio y en cambio se desparrama en alabanzas a favor de los tiranos?

 

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