La crisis del Poder Judicial es proporcional a las manipulaciones efectuadas por el Presidente Suprema Corte de Justicia Jorge Subero Isa

 

Jorge Subero Isa, estando como Presidente de la Suprema Corte de Justicia, después que ha sido evidenciado en su condición de retranca para que en el país haya un idóneo y decente Poder Judicial a lo largo del tiempo que lleva como representante del mismo en el país, ahora quiere investirse de la condición de abanderado de un Poder Judicial independiente y modernizado. Pero, como dice el refrán, la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.

La forma infame, puesto que no existe otro término que defina, exprese y refleje con tanta precisión y exactitud la conducta vil del Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, para dirigir el Poder Judicial, quedó puesta en toda su escandalosa magnitud cuando, a raíz de conmemorarse el Día de la Justicia, que se fija para el 7 de Enero de cada año, se esmeró en guardar el más indecente silencio respecto al carnaval de ejecuciones extrajudiciales y anti-constitucionales que ha oficializado la P.N. que, de hecho, desconoce y pisotea la Constitución, las leyes, así como el papel y la función de todo el Poder Judicial y particularmente los jueces y los Tribunales de Justicia.

Jorge Subero Isa, rodeado de un grupo de personajes que igual que él fueron nutridos y amamantados con la leche del Partido Dominicano (P.D.) y curtidos en el ejercicio de la criminalidad como política de Estado de la oprobiosa tiranía de Trujillo, ha usado la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia y por lo tanto de la Judicatura nacional, consagrado por la Constitución de la República al referirse a la estructura del Poder del Estado como representante del Poder Judicial, para convertir a este Poder en un escudo protector y casi inexpugnable para garantizarle la impunidad que asquea y provoca náusea en toda la sociedad dominicana a los más conspicuos criminales y transgresores en gran escala de todas las leyes del país y en particular de la Constitución de la República, que se encubren bajo su condición de autoridades oficiales o potentados del país.

Jorge Subero Isa, como quedó patéticamente puesto de relieve en toda la oscuridad y pesadumbre con que se conmemoró el mal llamado Día de la Justicia el 7 de enero último, carece de la idoneidad, de la preparación y de la disposición cívica y humana para seguir ostentando tan honorable cargo, el cual sigue llenando de infamias y vergüenza, igual a como lo hicieran sus antecesores, con sus genuflexas y pusilánimes actitudes favoreciendo las actuaciones más bestiales y desalmadas de las autoridades gubernamentales, particularmente las actuaciones vesánicas del tirano alimaña y sabandija de la más baja ralea que fuera Joaquín Balaguer.

Desde que fuera nombrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia y representante del Poder Judicial, Jorge Subero Isa ha apadrinado campañas criminales desplegadas desde la P.N. por los generales Alcides Rodríguez Arias, Sanz Jiminián, Pedro de Jesús Candelier y del actual Marte Martínez.

La sumatoria de las ejecuciones de los asesinados por la P.N. durante esas gestiones arrojan un balance de más de 6 mil dominicanos ejecutados extrajudicialmente sin estar ni en guerra ni en medio del enfrentamiento por contrarrestar ninguna campaña terrorista, a menos que no sea la que ha desplegado y recreado en esa Jefatura la misma P.N., esto es, que todos esos fusilados, sin querer mencionar los torturados y los que han sido víctimas silenciosas y olvidadas de los pistoletazos a mansalva de parte de los escuadrones de la muerte, o sea, de ejecuciones de la P.N., en sus extremidades inferiores (piernas) para convertirlos en infelices mendigos por el resto de sus miserables existencias, los cuales suman más de 20 mil. ¿Y dónde ha estado el Poder Judicial, de la Magistratura de los Jueces y en especial del que, siendo representante del Poder Judicial, señor Jorge Subero Isa, no ha hecho más que actuar como una vil alimaña guardando silencio y extendiendo un asqueroso manto de impunidad sobre tantos crímenes y sus responsables uniformados o investidos de rango en el marco de la autoridad civil?

Jorge Subero Isa está consciente de su nefasto y pernicioso papel desempeñado en forma deliberada para frustrar las positivas expectativas que se esperaban fueran satisfechas con las mentadas reformas judiciales que le llevaron, aún sin aval moral ni calidad intelectual ni preparación técnico-académica, al poder de la Magistratura y la Judicatura nacional.

Podría suponerse que siendo Subero Isa un engendro infernal de la dictadura de Trujillo amamantado por la bestia que fuera el régimen aquel, haya crecido adoleciendo de una especie de autismo social ante los crímenes cometidos contra la sociedad y los hombres, esto es, indiferencia e insensibilidad total ante estos males y sus crueles secuelas; pero si esto puede explicar su actitud de protector de los crímenes y las ejecuciones, ello en cambio no explica ni justifica que este mismo Jorge Subero Isa se haya comportado como una especie de energúmeno que no le importa ni reacciona ante el hecho, por ejemplo, de los escuadrones de la muerte, sus ejecuciones, sus crímenes y asesinatos que suman más de 100 mil entre unos y otros, durante su larga y ya insoportable gestión, la que incluso pretende sea vitalicia bajo el manto descarado de la usurpación de una inamovilidad por encima del tiempo, lo cual no está establecido en la Constitución vigente, sino que es violatorio de ésta en su letra y en su espíritu, y de hecho invaden e invalidan las funciones esenciales del Poder Judicial, que es garantizar la aplicación de las leyes y de la Constitución, para lo cual existen los tribunales y la Judicatura con sus Jueces Magistrados.

Subero Isa, en su ejercicio al frente de la Judicatura, ha llegado a ser el primer propiciador de la transgresión a la ley general de la sociedad y el país, que es la Constitución de la República. Por ejemplo, ha insistido una y otra vez en tomar partido y favorecer determinada religión e iglesia, como es el caso del cristianismo y la Iglesia Católica, lo cual, de hecho, parcializa y corrompe en forma intrínseca la Judicatura que él preside como su cabecilla.

Sin embargo, como conforme a lo pautado por la orden de los jesuitas a la que pertenece, por ejemplo, el Arzobispo Auxiliar Adjunto del Arzobispado dominicano, monseñor Arnaiz, secretario canónico del cardenal Nicolás Hildebrando Borgia López Rodríguez, lo cual recoge con mucha cautela el padre Alemán en su comentario del día 26 de diciembre aparecido en la Sección Económica de la letrina periodística amarilla "Hoy", la Iglesia requiere no echarse encima el fardo pestilente, como antes sin escrúpulos lo hacía, de compromisos con actitudes y prácticas infames como garantía de su supervivencia futura, es el mismo monseñor Arnaiz quien, en su homilía pronunciada en la misa celebrada por la Suprema Corte de Justicia el día 7 de enero, arremete contra el estado desastroso en que continúa la Judicatura bajo la Presidencia de Jorge Subero Isa y su claque, donde hay no pocos ex-generales de esos criminales que un día amanecen que es tiempo de darse un disfraz de civilistas y ¡ahí están!

Jorge Subero Isa ha conformado una Magistratura o Judicatura a su imagen y semejanza y a la estatura de su enanismo espiritual y moral.

Jueces venales.

Jueces corruptos.

Jueces criminales.

Jueces inhabilitados para impartir Justicia por sus compromisos indisolubles con los círculos que se nutren y viven el la sangre, el pus, el lodazal y el pantano que envilece toda la atmósfera del país y la sociedad dominicana.

Jueces ineptos.

Jueces nacidos tarados.

Jueces que responden a las órdenes de los monopolios.

Jueces que están en la nómina de los bancos, si no de los cuerpos del crimen, de la sistematización del espionaje y de la transgresión de los derechos humanos.

Jueces que guardan silencio si no se les paga.

Jueces que guardan silencio y se tornan complacientes para no ofender a sus superiores.

Jueces que responden a las órdenes de Jorge Subero Isa y de sus asistentes, entre los que hay que mencionar al ex-general hijo también de familia archi-trujillista Pablo Garrido.

Jueces a los que Subero Isa y su claque les dictan el sentido en que deben evacuar sentencia.

Jueces que responden a la Iglesia Católica y a sus funestos mecanismos de infiltración y manipulación del poder civil, del poder secular y del mando laico.

El Estado de Derecho es una forma de ejercicio del Poder basado en el apego de todos y cada uno de los poderes del Estado y sus incumbentes a la Constitución, que es la ley de leyes, y a todas las leyes sustantivas y adjetivas acorde con dicha Constitución, reconociendo que en caso contrario son nulas de pleno derecho.

Pero ese Estado de Derecho es el que infaman y degradan las conductas viles de un Jorge Subero Isa.

 

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