La privatización neoliberal seguridad social causa desbarajuste total en servicio hospitales públicos

 

Por donde quiera, no importa la provincia o el municipio de que se trate, cada hospital público o cualquiera de los centros públicos de salud, todos, se encuentran en franco proceso de desbarajuste y en total bancarrota, como resultado directo de la privatización de la salud y de los hospitales públicos llevada a cabo a partir de la coronación y enganche del país al neoliberalismo y su globalización imperio-capitalista implementados por el mismo que hoy, desde la Presidencia, persiste en seguir con el servilismo abyecto y la genuflexión traidora, antinacional y antipopular que encarna el seudo Presidente Leonel Fernández Reyna y su guarida de lúmpenes reciclados y fantoches presuntuosos de tomo y lomo que se cimbrean como puercos en el lodazal de su lacayismo asqueante.

La privatización, que es la pieza principal del modelo neoliberal del sistema capitalista, significa económicamente la enajenación de las riquezas nacionales y de los bienes de que dispone un país subyugado por el imperio-capitalismo, y en el orden social propiamente dicho, el despojar a la población del usufructo anterior, aún habiendo sido limitado y condicionado, de los servicios de salud pública, como asistencia médica y hospitalaria parcialmente gratuita, lo mismo que el despojo neoliberal del derecho de la educación gratuita obligatoria hasta el último grado del bachillerato de que se ha hecho víctima a la población, son herramientas nefastas, dañinas y contrarias a la gente, puesto que intensifican, a la vez que acrecientan y aumentan tanto la pobreza, las miserias como los sufrimientos y angustias de la población criolla.

Los hospitales públicos, tras ser convertidos en vertederos de enfermos o centro de comprobación personal de que la ciudadanía se enfrenta a gobiernos como el del actual seudo Presidente Leonel Fernández-Pálido, que lo único para lo que tienen disposición de sobra sus funcionarios, empezando por los del Poder Ejecutivo y en particular su Presidente, aún sea de trapo, es para, mediante la corrupción, enriquecerse y convertirse en potentados de cuantiosas fortunas, a la sombra del Estado y a través de las relaciones en que éste forzosamente los involucra.

El engaño vil y del que en forma canallesca el gobierno ha hecho víctima o los profesionales de la medicina que perciben un sueldo que los rebaja a la condición de braceros de la salud, el cual no les permite a los médicos siquiera cubrir los gastos de la alimentación, que es sólo una parte de la costosa canasta familiar, es parte de la plataforma de la privatización dispuesta, precisamente, por el mismo Leonel Fernández-Pálido desde su primera desafortunada y entreguista gestión administrativa de su primer desgobierno del 1996-2000.

El engaño es el resultado de la mentira, y ser mentiroso es una cualidad de los estafadores y embaucadores pertenecientes a los círculos desaprensivos de los desclasados sociales, que son los que integran ese amasijo informe y huérfano de toda moral a lo que se denomina como lúmpenes sociales, que es el amasijo o lodo social compuesto por esos desechos despreciables que de todas las clases, por medio de su erosión, crea el sistema capitalista como fruto de una ley interna suya de carácter inexorable.

 

Volver a la Página Principal