Defensor de los privilegios bastardos, Siempre contra libertad y democracia, acérrimo enemigo del principio todos iguales ante la ley y la ley igual para todos: Este y no otro es Don Vinicio Castillo

 

Hay un ejemplo que no deja lugar a dudas de la unilateralidad que, en aras de sus privilegios y perjuicios de la democracia y la justa igualdad, caracteriza la inconducta de Don Vincho Castillo.

En su alocución del domingo 9 de enero del 2005, Don Vincho Castillo formuló su desaprobación del nuevo Código Procesal Penal, porque supuestamente promueve, alienta y facilita la delincuencia, la impunidad y el narcotráfico. Sin embargo, queremos llamar la atención de que dicha objeción se produce -la de Don Vincho Castillo al nuevo Código-, luego de que el bufete de Vincho Castillo Rodríguez y sus hijos Vinicio Castillo Semán y Juárez Castillo Semán y otros, obtuviera la puesta en libertad de Ramón Buenaventura Báez Figueroa, acusado de lavado de dinero del narcotráfico, por medio de la jugarreta de que la solicitud de libertad de dicho banquero fuera elucidada y juzgada a la luz del nuevo Código Procesal Penal. Pero una vez Ramoncito Báez Figueroa es puesto en libertad, en virtud de un privilegio vulgar y escandaloso diligenciado por Don Vincho Castillo, ahora resulta que éste arremete despiadadamente contra el nuevo Código Procesal Penal, una vez que el mismo indudablemente, por lo menos en el papel, frena la arbitrariedad y el abuso del Poder de los órganos coercitivos del Estado, prácticas anti-democráticas resultantes de la vigencia del absolutismo y la discriminación, males y lacras a cuyo servicio en líneas generales ha estado Don Vinicio Castillo y su pensamiento.

¿O es que Don Vincho Castillo saca la conclusión de que ese Código es tan permisivo, como dijera el día 9 de enero, por entender en su fuero interno que Ramón Buenaventura Báez Figueroa, su primo y Alvarez Renta deberían estar aún con sus huesos detrás de las rejas?

¿O es que entiende sin siquiera inmutarse que para él y los suyos el cielo y las estrellas de privilegios y para la chusma, que es el pueblo, la bayoneta, el garrote, las manos duras y las ejecuciones de los escuadrones de la muerte?

¿Alguien lo oyó en los 12 años y en particular cuando los crímenes espeluznantes continuos de la Banda de su amigo íntimo ex-general Enrique Pérez y Pérez, el asesino patológico Oscar Núñez (El Cangrejo), capitán del Ejército y de Ramón Pérez Martínez (Macorís), el Carnicero de Lyon en República Dominicana?

¿Alguna vez desde el 1966, desde la instauración de la dictadura yanqui balaguerista, que es lo mismo que la entronización del vandalismo más atroz que se puede imaginar mente humana alguna, con sus robos, asesinatos, crímenes, abusos, desapariciones, torturas, enriquecimientos ilícitos al amparo del Poder del Estado, alguien lo ha visto u oído emitir la más insignificante critiquilla cuando esos desmanes monstruosos provienen de la acera balaguerista policíaco-militar bajo el mando yanqui?

Si nos presentan un solo caso, nos callamos para siempre.

 

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