EL MINISTRO DE SALUD FREDY HIDALGO SE DESPACHA CON CRUEL INDOLENCIA CONTRA LOS DOMINICANOS POBRES A FAVOR DE LA PRIVATIZACION NEOLIBERAL DE LA SALUD

El gobierno de truchimanes y embaucadores del Dañino Medina hunde en el abandono y el colapso los hospitales públicos mientras cumple fiel y puntualmente con los subsidios estatales a los negocios leoninos del sector salud de la Iglesia Católica-Vaticano

22-05-2014

 

Las descabelladas declaraciones del Ministro de Salud, con las que buscaba justificar lo injustificable, respecto a la falta del pírrico subsidio del Estado Dominicano a los centros hospitalarios públicos, los que están totalmente desabastecidos, y cuyos personales tienen hasta meses que no se les paga su sueldo, encierran el rumbo anti-popular, y de ahondamiento del neoliberalismo, que el gobierno del Dañino Medina se empecina en seguir; transitando por la escabrosa pendiente resbaladiza de la comercialización y privatización de todo cuanto signifique atención y servicios hospitalarios hacia la población; la que es vista por los gobiernos del corrup-partido Pálido pelegato boschista, por los perrodé Rafael Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado, así como por las sabandijas reformistas, como una gran mercancía, a costa de la que hay que hacer tantos negocios leoninos como tengan la oportunidad de llevar a cabo.

Las declaraciones del carnicero, pues sólo uno que practica tan poco agradable oficio es capaz de salir con semejantes argumentos, que no hay que efectuar ningún esfuerzo para poner al descubierto, que encierran no sólo indolencia y arrogancia despectiva por el pueblo y su terrible situación de estrecheces económicas, a que han terminado sometiéndolo las administraciones Pálido pelegato boschistas de Leonel Antonio Reyna y del Dañino Medina, Gángster Murmullo, así como el de los Perrodé pepegato, del grandisimo hijo de la gran puta, Rafael Hipólito Mejía, todos al servicio del imperialismo norteamericano, del imperialismo europeo y de la Iglesia Católica-Vaticano.

Las penurias y miserias que predominan entre la población hacen que cada vez sea mayor el número de necesidades prioritarias que no pueden satisfacerlas.

Ante el escandaloso como estremecedor acontecimiento, que da cuenta del colapso y la catástrofe en que operan los centros médicos “públicos”, dada su precariedad económico-financiera, el flamante Ministro de Salud del cuarto gobierno Pálido pelegato boschista de los últimos 18 años, Freddy Hidalgo, da la más cruel e imprudente alternativa; y dice que esa crisis, en que están sumergidos los hospitales públicos, será resuelta cuando los hospitales cobren a los pacientes sin reparar en nada, o sea, a los pobres infelices que, precisamente, por sus niveles infrahumanos económico-sociales, la desesperación y la impotencia les empuja al trago amargo de ir a llevar a sus enfermos a los hospitales públicos.

Freddy Hidalgo, igual que el cabecilla del presente gobierno, continuador directo de los del capo narco-terrorista Leonel Antonio Reyna, que es el Dañino Medina, Gángster Murmullo, hasta ahora habían seguido entreteniendo a la gente y al país con mentiras y sus muy conocidas marrullerías, con fines de embaucamiento de la población y de la opinión pública, pero está claro que tanto va el cántaro al agua que, paradójicamente, termina rompiéndose, y ya Freddy Hidalgo, acaba de poner un huevo cuadrado, cuyas aristas, tal vez con sus filos irritantes, sean las que han provocado este fatal asinceramiento, de intenciones criminales, de parte del actual gobierno Pálido pelegato boschista del Dañino Medina; porque, es harto sabido que no se puede estar hablando mentiras y recurriendo a marrullas y truchimanerías engañosas, porque, el día menos esperado, termina tropezando y ahorcándose con su misma lengua larga.

La situación de los hospitales públicos de las provincias se puede definir por suerte con dos sencillas palabras: Verdadero desastre.

Se sabe de las precariedades con que los médicos de todo el país ofrecen sus servicios en los hospitales públicos donde, como se conocen, concurren los desesperados y desamparados de la fortuna.

Esto lo puede palpar cualquiera en los hospitales, como el Musa, de Macorís del Este, o el de San Cristóbal, lo mismo que en el de Baní, Azua, Ocoa, La Maguana, Barahona, Pedernales y en todas las Provincias, y así sucesivamente. Pero, en la capital el cuadro es todavía mucho más dramático, por la magnitud de la tragedia que tiene como escenario principal a los hospitales públicos de la capital.

Se conocen las desastrosas situaciones en que operan las dos maternidades públicas principales, la próxima a la Policía Nacional y a la Máximo Gómez, como la de las populosas y pobrísimas barriadas de Los Mina.

Se debe recordar que el índice de mortalidad de parturientas, por mil, está en un nivel equiparable a los peores de América Latina y El Caribe. Todo lo cual se vuelve aún mucho más grave para las parturientas pobres dominicanas, con el hecho de que, cuando tienen que parir, las camas de esas maternidades están ocupadas por animales haitianas, a las que los traidores y pusilánimes desgobiernos de los corrup-partidos del sistema, sobre todo del Pálido pelegato boschista y del Perrode, les dan lo que es el fruto de los impuestos y derechos humanos de los dominicanos, lo que viene creando una situación, que ni las mujeres dominicanas, ni los pobres dominicanos, tenemos que seguir soportando pasiva e irresponsablemente; porque a esta situación hay que ponerle coto y acabar con la práctica de darle a los haitianos y a las haitianas lo que es de los dominicanos; lo que, a su vez se agrava, pues esos aborrecibles salvajes sólo albergan odio e infundados resentimientos aviesos contra los dominicanos y nuestra nación; de la que los perversos haitianos, desde su claque gubernamental adocenada y amanerada, hasta el último haitiano de abajo, sienten un odio cerval, que no pueden dejar caer de lleno en la ingratitud; y se dedican a fomentar todo tipo de campañas calumniosas, diciendo que los dominicanos los esclavizamos, que los explotamos, que los discriminamos racialmente; en tanto ocultan que están aferrados al odio torpe y obcecado, que los hace tener, como una tara atávica, la aberración esa de decirse, ante todo y principalmente, afreodescendientes; con lo que subrayan su carácter refractario para incorporarse a la civilización, en lo que los haitianos llevan casi 3 siglos y cuarto; tiempo en que han pasado más de 30 generaciones. Y se dicen afro-descendientes, sin que se les conozca, a menos que no sea a titulo de excepción, ninguna vocación nacional; lo cual es totalmente contrario al mulataje dominicano, que no se considera ni le da importancia al Africa, como tampoco a los europeos, y está adherida, aún desde los puntos de vista y concepciones más contradictorias, a su nación, a su país, a su patria, República Dominicana.

En caída libre se han venido precipitando, unas tras otras, las informaciones que dan cuenta, por ejemplo, de la lúgubre situación del Hospital Infantil Robert Reid; del que ha trascendido que tiene la mayoría de los equipos de imágenes dañados, la falta de agua es constante, y arrastra una deuda de casi RD$70 millones con los suplidores, que les impide tener crédito en farmacias y laboratorios farmacéuticos.

Esa es la situación que afecta al Hospital Infantil Robert Reid Cabral, descrita por un grupo de médicos del centro asistencial, que conforman lo que denominan “SOS Robert Reid Cabral”. Atribuyen el deterioro a la eliminación de la cuota de recuperación con la que cubrían gastos menores.

“Como médicos no tenemos la culpa; pero ahora el problema es que no pueden permitir que el hospital fallezca, y está a punto de colapsar”, argumentaron.

Todo el mundo sabe de lo que son el Darío Contreras, el Moscoso Puello, el Billini. Pero hay que destacar, que es una muestra de honradez y honestidad profesionales, de cara, indudablemente, a querer servir a los enfermos, y poder efectivamente buscar devolverles la salud a los enfermos de los sectores populares y desamparados por el régimen oligarquía y del yugo de los imperialismos norteamericano y europeo respectivamente, como de la Iglesia Católica-Vaticano y su ancestral aberración parasitaria, que le hace vivir a costillas del pueblo y de sus inenarrables padecimientos, el gesto asumido, apenas 7 días después de la denuncia de lo del Robert Reid, por los médicos del Hospital Luis E. Aybar (antiguo Morgan), que lo han declarado en estado de emergencia, o sea, al borde del colapso, por cuanto hasta la asignación, como cuota, por el Estado, durante un tiempo, no se les entrega, y cuando lo hacen es en forma incompleta.

Otro tanto sucede en casi todos los hospitales públicos del país, Y es para cubrirse; y es ante esa situación que Freddy Hidalgo, como Ministro de Salud pálido pelegato boschista, sale con estas declaraciones abusivas y ofensivas, y que en buen lenguaje, simple y llano, son una olímpica perrería, como buen dañilista.

Y para colmar la copa, tiene este señor el desparpajo y el descaro, insolente y desvergonzado, que llama a que los hospitales le cobren a la gente que no tiene ni con qué comer; y recurre a usar, como su argumento principal, que para eso está la Ley 87-01, que es la de la privatización neoliberal de la salud.

No siendo esto todo, resulta que ese desvergonzado Ministro de Salud del presidente, hombre babosa y de paja, Dañino Medina, pretende refugiarse en la coartada de reconocer que en los hospitales públicos hay condiciones físicas deplorables; y lo hace con la finalidad de desviar la atención, aunque de paso admite, que el Dañino Medina nada ha venido haciendo a favor del pueblo en el orden de la salud ni de ningún otro. Pero otro es el caso de los majestuosos centros de salud como la Plaza de la Salud, Cedimat, etc., y el Homs de Santiago, que el Estado les subsidia, con entrega puntual, dichos negocios a la Iglesia Católica-Vaticano, al cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez y al capo del bajo mundo, Agripino Núñez Collado.

 

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