SE HA DESPLEGADO UNA LABOR DE MIXTIFICACION Y SACRALIZACIÓN DE MANOLO TAVÁREZ JUSTO Y LA REALIDAD ES QUE SU PERORATA DEL 14 DE JUNIO DE 1963 ES LA CRÓNICA DE SU PROPIA MUERTE CON EL ESTIMULO DE SUS MAS ENCARNIZADOS ENEMIGOS

Resulta chocante y debió llamar a la reflexión de los catorcistas que las luchas contra la satrapía del Caribe siempre contaron con la solidaridad de los pueblos y los revolucionarios del mundo entero los cuales sin embargo no se hicieron presentes en la manifestación del 14 de julio del 1963

07-07-2014

 

Abundan, andan sueltos, o corriendo por los albañales, cunetas y ductos de inmundicias, estercoleros, aguas negras y colectores almacenadotes de éstas, los comentarios y opiniones de lo de Manolo Tavárez Justo y su papel, exaltando de él circunstancias eventuales y, en relación a las situaciones particulares en las que, desde el ángulo y el interés, casi exclusivo de la individualidad, estuvo envuelto; por lo que, del mismo, se acostumbra a mencionar un listado de hechos, fenómenos y sucesos, que poco o nada ilustran de por sí, en cuanto a lo que, de fondo y contenido materialmente, había de por medio; mientras que, por contraste, hay en esos recolectores de comentarios y opiniones triviales, un enfático esfuerzo por resaltarlo; que bien serviría para ilustrar, literalmente, la expresión ultra-individualista y decadentista, y así de pesimista, como ideológicamente nauseabunda, vinculada a la más profunda patología (como cuadro del conjunto de síntomas y manifestaciones típicas de una enfermedad tan catastrófica como el nazi-fascismo, con todas sus raíces correspondientes, de manera inexorable, a las esferas de la sociedad, dividida y atravesada por clases, sus enfrentamientos y sus complejas luchas a muerte, con sus expresiones manifiestas de miserias humanas, decadentismo, dobleces, que confluyen y crean el existencialismo, como el reflejo ideológico-filosófico de la putrefacción y el empantanamiento de la sociedad en el capitalismo y el imperialismo); exaltan los efectos nocivos, contaminantes y contagiosos, de esa putrefacción y descomposición sobre sus componentes humanos, agrupados en clases; pero, por sobre todo y ante todo, en esas mezquinas criaturas, que se etiquetan a sí mismas de “intelectuales” o supuestos pensadores, pero cuyo oficio real es el de lacayos redomados de la clase y grupos en el Poder, lo que hacen a cambio de pagos, privilegios, mesadas extras y lisonjas; logrando sublimizar, y se empecinan en ser, los apologistas de las llagas y lacras fétidas, purulentas, del putrefacto régimen económico-social, con sus sistemas político e ideológico, o sea, su superestructura; que es la fuente de la abominable expresión: “yo y mis circunstancias”, cuya autoría y eco se quiere ubicar, en exclusividad, en ese execrable esputo de esa misma sociedad, envuelta en reaccionarismo oscurantista clerical, como agua de cultivo del nacional catolicismo falangista y del desempeño perverso del oficio, a que hemos hecho referencia, que es José Ortega y Gasset. Pero, que si quisiéramos, por lo menos una sola vez, ser honestos, diríamos que éste es uno de esos hongos venenosos que se originan sobre la materia orgánica, con su insoportable mal olor, en franco e irreversible proceso de putrefacción y descomposición; si no, la sábana y la cama, erigidas en escenario de ser productos directos de aberraciones de homos, compartidas, en ese caso, con esa otra hiena de dos patas Heidegger, que compartía miserias humanas y su práctica, a la vez, con Ortega y Gasset.

Pero el hombre abstracto, que es el resultado de la desvinculación del individuo en la sociedad, de sus relaciones materiales económico-sociales e históricas, no existe ni siquiera como medio hombre; es, simple y llanamente, una fabulación, que únicamente sirve para motivar especulaciones escolásticas y metafísicas, en las que la realidad histórico-social se pretende que no sea la base y las condiciones de coordenadas en las que, inexorablemente, se mueve todo hombre; y lo que es más todavía, con las que todo hombre guarda tal vínculo de atadura, del que sólo excepcionalmente podría separase, si no, con la muerte.

Que una alimaña, resultado de todos los cruces y recruces entre sabandijas, insectos contaminantes y contagiosos, con mucho de moscas y de babosas, como el tal Tony Raful sin más, que ahora dice que es Tejada además; lo que mueve a sentir vergüenza ajena, porque el medievalismo cristiano católico nos dio, para orgullo vernáculo, la modalidad del derecho a la pernada, bajo la forma típica, a través de su ejercicio o práctica, a costa de los servicios domésticos; y de que, la que asumía ese oficio, exhibiendo la juventud y su gracia como único título de presentación, debía, por las buenas o por las malas, permitir al señor de la casa que la empleaba, como casi esclava o casi libre, el usufructo de su entrepierna; que para aquellos días, siendo arriesgados y difíciles los abortos, por lo que los embarazos eran muy comunes, ya que no había la asistencia de las píldoras anticonceptivas, de los condones, ni de la píldora de un día después. Y por ello, no eran dos ni tres los frutos, resultados de aquella forma de prostituir mozalbetes del servicio doméstico; y a las que, para denigrarlas aún más, se agregaba lo de chopas. No obstante, Marx y Engels, en el imperecedero Manifiesto del Partido Comunista de 1848, con argumentos contundentes, hechos de alegatos sencillos, demostraron que, a nivel de fábricas y manufacturas, como siguió ocurriendo a nivel social, quienes colectivizan y, de paso, prostituyen a un segmento considerable de la sociedad, no eran, como no son hoy día, los comunistas y sus concepciones, que baten radicalmente a las del mundo capitalista y de todas las fuerzas precedentes de la explotación. No eran ni son los comunistas quienes generan esos fenómenos ni las situaciones esas, de las que los productos sienten escarnios, y pasan toda una vida negando a la infeliz víctima de su madre; para ya, a los 60 ó 70 años aparecer con su cara de bolsa diciendo, yo, además, soy Tejada.

Hasta Tony Raful sin más, recurriendo al papel de sentina de escombros, es de los que hacen correr excrementos, por su pestilente inconsistencia y cuestionable peso específico; y como ejemplo de que el gángster Clemenza, Miguel Vargas Maldonado, no es el único, ni el primero, como tampoco el último, porque no están todos los que son ni son todos los que están, de los que se conectan y reciben excrementos del diablo de la fuente y mano del capo di tutti cappi, Leonel Antonio Reyna, a través del prostíbulo y casa de escarnio, para aquellas mezquinas criaturas de que hemos hablado, que quieren hacer carrera y obtener ciertas lisonjas; así, la Fundación Global (Funglode), haciendo el papel de casa de citas, y previo compromiso de canalizar calumnias e infamias que, después de dichas, dichas están; y, como las calumnias, infamias e intrigas, escritas con tinta negra sobre papel blanco y servidas o acompañadas en salsa de la saliva de lenguas suaves, como por gente podrida; que no pueden dormir bajito donde hay perros, por temor de que se los coman, es la que financia la manipulación y falseamiento del significado y actuaciones, como del comportamiento de sus protagonistas, lo cual abunda en demasía, para elucidar, o impedir que se haga con apego a la verdad, cuando de Manolo Tavárez Justo se trata.

Así, Tony Raful sin más también ha hecho del 14 de Junio y el papel, más bien de la figura, de Manolo Tavárez Justo, una historia con desechos excrementosos y materiales de aguas podridas, de las que corren por los albañales de su cloaca y ductos, a su vez de las aguas negras de letrinas, que se almacenan y se archivan en colectores de tales inmundicias, indudablemente repugnantes; apareciendo ahora, de manera pública, confesa y comprobada, la mano siniestra, en esa sucia y baja labor, de Fafa Taveras; quien, como un viejo espía de la CIA, confidente del SIM durante la dictadura de Trujillo, autor de puño y letra de aquella peculiar definición, que da cuenta de los papeles de su fisonomía y sus concepciones, de la Agrupación 14 de Junio apolítica, patriótica, cristiana y anticomunista (1961-62); y llevando a cuestas por siempre esas funciones denigrantes, desempeñando tan ignominiosos papeles, de cuyas dudas y remordimientos se liberara en San José de Costa Rica, bajo los servicios profesionales, como experto asistente para tales situaciones, del espía pagado de la CIA y agente político a sueldo de los gobiernos norteamericanos, Juan Emilio Bosch Gaviño; y, desde entonces, se empleó en su denigrante oficio más a fondo y a cuerpo completo, sin escrúpulos ni pudor en practicarlo; dejando una estela de crímenes, como mancha indeleble, por donde quiera que ha pasado, como barón de las deslealtades; casado, o montado, en un negocio con Magaly Pineda, como cepa y cepillo y tal para cual; resulta que la feminista, reclutada desde Puerto Rico por la CIA, siendo infiltrada en la FUPI (Federación de Universitarios Pro-Independencia), es la señora esposa de un estuprador y violador inveterado de féminas desprotegidas; si no, que le pregunten a Margarita Cordero, o a la misma Teresa Espaillat, que aún sangra por la herida. Porque no todo el mundo acepta ni convalida, ni como mercancía, ni como boleta de incursión y crédito, en el área de la política, sobre todo cuando ésta se toma como actividad basada en principios y conciencia, y nutriéndola de las realidades de la lucha de clases contra la explotación y la opresión, en particular, contra el sistema capitalista e imperialista, o de esclavitud asalariada.

El torrente sistematizado del abundante material, que corre como chilibolita, y muy propio de estercoleros, excrementos y aguas negras, no es obra de la casualidad, ni se detiene en los límites y demarcaciones de lo del papel y la figura históricos de Manolo Tavárez Justo.

Todo ello obedece a un programa, cuyo cometido es impedir que se establezcan las enseñanzas y se produzca un acervo depurado de experiencias, que prevean no repetir los errores y los fracasos, buscando así se prosiga a oscuras, como jugando a la piñata, con una venda cubriéndole con fuerza y hermetismo los ojos, lanzando embestidas a ciegas, confiándose en la suerte y el destino del azar.

Si algunos de esos felones y despreciables sujetos han dicho, con cierta relativa propiedad, algo que esgrimen como alegato de cierta validez, respecto al papel y al sujeto Manolo Tavárez Justo; a lo mejor por aquello de que, aquél que por su gusto muere, la muerte le sabe a gloria; con equivocados fines de eximirlo de culpa, es lo de que él fue quién quiso e impuso el camino del desastre llamado insurrección del ’63, o la línea estratégica militar en el 14 de Junio.

Y todo ello, como excusa, ante el escándalo patético de lo desastroso de su actuación, en la responsabilidad de dirigir un proceso-movimiento, que la historia, eventualmente, puso en sus manos; cuyo punto culminante es la mostrenca, como clásica obra del teatro bufo, de su “alzamiento” del 1963 (así como su trayectoria precedente, compuesta de incongruencias, vacilaciones, y hasta exhibiendo, contradictoriamente, la cobardía que, con gallardía y valor, no puso de manifiesto ante la vesanía de sus verdugos y torturadores despiadados, en el centro de latrocinio de la dictadura trujillista y sus esbirros, en “La 40”).

A raíz del Golpe de Estado pactado, al espía pagado de la CIA y agente a sueldo de los gobiernos norteamericanos, a través de su Departamento de Estado, Juan Emilio Bosch Gaviño, definitivamente zozobró y naufragó la frágil embarcación, que en tales, y con endebles manos, pudo Manolo Tavárez Justo construir.

Partiendo de la experiencia de cómo, a través de los años, se ha desplegado una labor de mixtificación y sacralización de Manolo Tavárez Justo, a través del recurso de crear una pantalla de inconización; en la que concurren, cogidos estrechamente de las manos, sus más enconados enemigos, sus supuestos compañeros, que le estimularon y le hicieron creer todo lo contrario de lo que la realidad decía a gritos, como aquellos taimados que, como el espía pagado de la CIA, y agente político a sueldo y por nómina oficial, de los gobiernos yanquis durante varias décadas, Juan Emilio Bosch Gaviño, le sedujeron, para hacer lo que aventureramente había anunciado que haría; porque, de esa manera, se lo quitaban de en medio y de arriba; con lo de, muerto el perro, se acabó la rabia.

De todo esto, lo más significativo, no cabe duda que viene a ser su perorata del 14 de Junio de 1963; que es, con toda propiedad, la crónica de su propia muerte y desaparición física y política por adelantado.

Es el famoso discurso de: “sabemos dónde se encuentran las escarpadas montañas de Quisqueya”; cuya originalidad está afectada por ser una copia burda, o una caricatura mal lograda, del manifiesto anarco-terrorista y aventurero que, con maquillaje y abigarramiento seudo marxista-leninista, se hizo creer que había logrado pasar de contrabando, la Segunda Declaración de La Habana; que fue un estrafalario discurso, pronunciado por el hoy comprobado archi-traidor, oportunista y archi-renegado revisionista Fidel Castro, en la llamada Plaza de la Revolución Cubana, en mitin efectuado allí el 4 de febrero del 1962; donde éste hizo derroche de verborrea ultra-izquierdista y de sarna ultra-revolucionaria, basado en el trotskismo y el anarco-terrorismo aventurero, que tan perfectamente encarnó el hippie Ernesto Guevara de la Serna, alias el “Che Guevara”.

Si bien es conocido que Fidel Castro, desplegando su virtuosismo oportunista pequeño-burgués, usó como cobertura y fachada el maquillaje, empleando los cosméticos teórico-culturales del elenco de renegados revisionistas cubanos de viejo cuño, que arrastraba consigo la afrenta de haber traicionado el legado de Lenin y Stalin y haberse vendido, desde el XX Congreso del entonces PCUS, por los archi-renegados a la revolución proletaria mundial, y a la revolución socialista de octubre del 1917 de Lenin y Stalin, Nikita Kruschov y Leonid Brezhnev; que habían encabezado el Golpe de Estado anti-proletario y anti-comunista, bajo la bandera del revisionismo contemporáneo de los tiempos actuales; cuya meta fue la restauración del capitalismo y del imperialismo en la URSS, y convertir a ésta, de baluarte del socialismo y de apoyo y solidaridad internacional proletaria con los países y pueblos coloniales y oprimidos, en país social-imperialista; y el Estado socialista soviético en social-fascista; para lo que elaboraron una plataforma completa, Jruschov y los otros renegados revisionistas; Fidel Castro y el Che Guevara contaron con el aval teórico-cultural de Juan Marinello, Carlos Rafael Rodríguez, Aníbal Escalante, Blas Roca y otros; para maquillar la tristemente célebre, grandilocuente Segunda Declaración de La Habana; que sólo contribuyó a hacer un carnaval de aventuras insurreccionales en América Latina y El Caribe, como es el caso de nuestro país, la República Dominicana; cayendo fracasadas unas tras otras; como de antemano era de esperarse, ya que dichas insurrecciones armadas, tipo guerrillas, no eran el producto del desarrollo y aplicación de la dinámica que marca el materialismo histórico, de ser la coronación de las luchas políticas, sino, irónicamente, el guerrillerismo castro-guevarista era la expresión de la evasión de las tareas y las luchas políticas para conquistar el corazón de las masas y forjarles conciencia ideológica y política, de formas más elevadas, superiores y complejas; esto, sobre la insurrección y la lucha armada como forma superior de la lucha política, de su culminación; y cuando ya no había posibilidades de proseguir desplegando las tareas y luchas políticas.

Pero, ese grupo de dirigentes comunistas cubanos, aún vapuleados por los efectos de haber sido arrinconados por el revisionismo, impuesto por el PCUS, tras el Golpe de Estado que dieron los renegados revisionistas, encabezados por Kruschov y Brezhnev, entre tantos otros; era, simple y llanamente, inexistente en la República Dominicana, por lo que Manolo Tavárez Justo elaboró, su patético y deplorable discurso del 14 de Junio del 1963, huérfano de asesoría calificada y de merecida confianza. Manuel Aurelio Tavárez Justo carecía totalmente de formación teórica y de experiencia política, sobre todo por el adocenamiento cultural e intelectual que había generalizado la dictadura fascista, del peón del imperialismo yanqui -primer anti-comunista de América y de El Caribe y Benefactor de la Iglesia Católica-Vaticano-, título que la Iglesia Católica-Vaticano le había prometido e insinuado, susurrándoselo insistentemente al oído, al mayordomo, lacayo, sirviente y carnicero-matón del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano, Rafael Leonidas Trujillo Molina; quien, dada su condición de estúpido y patán, como verdadero pelmazo, ingenuamente, termino creyendo y confiando en las promesas de la Iglesia Católica-Vaticano y de sus agentes, como es el caso de Joaquín Balaguer. De ahí, que el discurso de Manolo Tavárez Justo apenas tenía como sus consultores y asesores a Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo), un pichón de trotskista que apenas echaba los cañones de sus plumas; y. además. al estúpido y agente doble Fidelio Despradel Roque; todos factores concurrentes para que Manolo Tavárez Justo pariera su adefesio, que es su discurso del 14 de Junio del 1963 del Parque Independencia.

Ya hemos dicho, y llamado la atención, de la nada representativa presencia, de apenas una pobre delegación del MPI (Movimiento pro-Independencia de Puerto Rico), encabezada por el honesto e íntegro patriota puertorriqueño Juan Mari Brás, a ese memorable acto en la fecha del 14 de Junio de 1963.

Todo esto contrasta, y resulta chocante, con el hecho histórico comprobado, de que las luchas y denuncias de esta satrapía del Caribe, sin ejemplo de comparación, siempre contó con el respaldo y la solidaridad de los pueblos y los revolucionarios del mundo entero, y en particular de los revolucionarios del Continente. Por lo que debió ser causa y motivo de profunda reflexión, y severa advertencia, el ausentismo espontáneo de todos aquellos países y grupos de luchadores democráticos, patrióticos y revolucionarios del Continente y el mundo, contra la bestial dictadura sanguinaria; que, tras su formal desaparición, se dieron por desentendidos de lo que en República Dominicana ocurría y estaba por ocurrir.

La interpretación objetiva, de a lo que apelaron y exhibieron Manolo Tavárez Justo y sus compinches del 14 de Junio, la miope consideración de que, esa vuelta las espaldas al proceso dominicano, era su mejor oportunidad para ellos poner como perspectivas hasta donde su acentuada miopía política les permitía ver, que, como se demostraba con el ejemplo del caso de la manifestación del 14 de Junio de 1963 y la estrechez de alcances de esta organización y su líder, Manolo Tavárez Justo, en realidad carecían de calidades para ver más allá de sus narices.

 

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