Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos:

De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”

-XIII-

01-02-2011

 

De las cinco interrogantes en que hemos dividido el tema de las encarcelaciones y el sistema carcelario soviético de la época de Stalin, que son: ¿Qué es lo que era dicho sistema correccional soviético? ¿Cuál era el número de presos políticos y delincuentes comunes? ¿Cuántos muertos hubo en los campos de trabajo? ¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta el año 1953 y en especial durante las depuraciones de 1937 y 1938?, para finalmente arribar a la quinta pregunta de: ¿Cuál era generalmente el tiempo de reclusión?, o sea, de duración de las condenas.

En cuanto a los delincuentes comunes es sorprendente conocer que el 82.4% eran condenados, o fueron condenados a la pena máxima de 5 años de cárcel y que sólo el 17.6% fueron condenados a penas mayores a los 10 años de cárcel.

En cuanto a los delincuentes políticos, condenados en los tribunales civiles, tomando el caso del año 1936, tenemos que el 44.2% fueron condenados a penas menores de 5 años de reclusión y el 50.7% fueron condenados a penas que llegaban hasta 10 años de reclusión, por lo cual restaba un 5% que fueron condenados a penas mayores a 10 años de reclusión.

Para los condenados en los Gulag, las estadísticas del año 1940 dicen que el 57% eran condenados a penas menores de 5 años, en tanto el 42% a penas que iban de 5 a 10 años y sólo el 1% cargaba en su cabeza condenas mayores de 10 años de reclusión.

Para el año 1939 fueron condenados de la siguiente manera: El 96% con penas hasta 5 años de cárcel y el 4% a penas que iban de 5 a 10 años y sólo la fracción de una décima por ciento a más de 10 años de prisión.

Como es fácil de comprobar, estas informaciones aparecen en la Revista de Historia norteamericana, que ya hemos repetidamente citado.

Las informaciones de que todo el que caía preso en la Unión Soviética de Stalin era condenado a perpetuidad, o sea, que nunca más salía de esas cárceles es otro mito calumnioso de los tantos torrentes de mentiras lanzados en contra del régimen soviético en la época de Stalin.

Durante 50 años, que es el tiempo transcurrido desde el inicio de la llamada guerra fría hasta el año 1991, la prensa, las revistas, los canales de televisión y diversos medios de propaganda, como el cine, han inundado las sociedades de calumnias van y calumnias vienen sobre el régimen soviético de la época de Stalin.

Durante este período de la guerra fría, ubicándolo desde el año 1947 al 1991, la humanidad fue sometida a una permanente campaña de mentiras sobre el régimen soviético de la época de Stalin, por lo que fueron varias las generaciones víctimas de esas campañas mentirosas sobre la Unión Soviética, y es muy fácil de comprender que esto ha dejado huellas profundas e imborrables en no pocas personas. Este hecho comprobado también se verifica en los informes de los investigadores franceses y norteamericanos al respecto.

Estos informes nos entregan cifras y tablas con estadísticas sobre presos y muertos, discutiéndose siempre esas cifras en un trabajo de gran extensión, pero lo principal y más sobresaliente, que serían los crímenes cometidos por dichos presos, sorprendentemente ¡nunca es tema de discusión seria!, en esos supuestos trabajos de investigación.

La propaganda política de los capitalistas siempre se ha referido a los presos en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de la época de Stalin como víctimas y, esos supuestos investigadores, sistemáticamente utilizan este término sin dudar ni poner en cuestión su veracidad, es decir, sin dudar de si están hablando mentiras o diciendo verdades.

Cuando los investigadores pasan de las estadísticas a los comentarios sobre los acontecimientos, salen a relucir las concepciones burguesas y el resultado es a veces macabro. Los condenados en el sistema correccional soviético de entonces, son asesinos, violadores, etc., pero no hay correctivo, siempre son, a los ojos de esos narradores, víctimas de las monstruosidades de ese régimen, de su mano, que es el sistema socialista soviético en la época de José Stalin.

Delincuentes de ese tipo nunca serían tratados como víctimas en la prensa si los crímenes hubiesen sido cometidos en Europa o en los EEUU, e incluso en un país tan pequeñito como es la República Dominicana, en donde a esos que cometen robos, asaltos, que asesinan o que se acusan de haber hecho eso, son simple y llanamente linchados en las calles bajo el alegato, elaborado, nada menos y nada más que por la Iglesia Católica en la persona de su eminentísimo alias Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez de “mano dura”, y de ahí las ejecuciones, por los intercambios de disparos, que a su vez, en la prensa amarilla de la misma Iglesia Católica, como es el caso del periódico “El Nacional” del Opus Dei Pepín Corripio, que dirige ese bandido sanguinario de Radhamés Gómez Pepín, alias Jack el Destripador, por sus hazañas criminales, se celebra, como si fuese un carnaval, el número de ejecuciones extrajudiciales que llevan a cabo los escuadrones policiales de la muerte, que ya desbordan un balance de más de 30 mil muertos, ejecutados extrajudicialmente, desde el año 1996 hasta el año 2010, en un paisito como éste, en donde la población nativa, a duras penas alcanza los 10 millones, pero como los crímenes aquellos fueron cometidos en la Unión Soviética y aquí son cometidos por personas pertenecientes a los estratos sociales marginales, o sea, más explotados, más desgraciados en cuanto a su nivel económico-social, todo se vale en cuanto a su eliminación.Así, en lo que concierne a la Unión Soviética de la época de Stalin, llamar víctima a un asesino o violador reincidente en estos delitos es evidentemente un asunto muy sucio. Tomar posición por la justicia soviética, de esa época, en lo que respecta a los delincuentes comunes condenados por crímenes violentos debería ser evidente, si no en el tipo de pena, por lo menos en lo referente a condenar el crimen.

No obstante, se hace todo lo contrario.

 

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Y Parte XVIII

 

 

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